Según el informe de Estabilidad Financiera publicado por el Banco de España, el sector de la banca poseía en 2015 activos adjudicados o recibidos en pago de deudas que procedían de los negocios en España por 84.000 millones de euros, un 0,95 % más que el año anterior. De estos activos, un 37,6 % corresponde a suelo sin edificar, un 25 % a edificios terminados, un 5 % a edificios en construcción y un 22,3 % son activos adjudicados procedentes de adquisiciones de viviendas.
Ante esta situación de acumulación de stock de viviendas en los bancos y de gastos que les suponen a las entidades financieras su mantenimiento en cartera (pago de impuestos, conservación, etc), los compradores de vivienda tienen una buena oportunidad para conseguir una casa a mejor precio y en condiciones de financiación más óptimas que en el mercado habitual.
Obviamente, la fase de grandes descuentos o precios bajos ya ha pasado, pero si es posible encontrar inmuebles de calidad a un precio muy competitivo. Es el caso, por ejemplo, de viviendas sin estrenar provenientes de la deuda de un promotor, lo que permite desechar la idea de que los pisos embargados no cumplen con estándares mínimos de calidad.
La mayor ventaja, la financiación.
Al adquirir un inmueble procedente de la banca es probable que la entidad que lo posea nos ofrezca de una vivienda los bancos no financian más de 80 % del valor de inmueble a hipotecar.
En los casos de su propias viviendas pueden llegar a ofrecer el 100 % de su valor. También es posible que negocies con ellos un mayor plazo de amortización del préstamo hipotecario. Los plazos habituales están entre los 30-40 años, si la vivienda es del banco el plazo se puede alargar hasta los 50.