Expertos inmobiliarios, promotores y bancos que están en contacto con los inversores extranjeros creen que el conflicto de los propietarios de la Operación Chamartín, el BBVA y San José, no frenará el apetitivo inversor de los fondos extranjeros. No obstante, consideran que la inseguridad jurídica que se vive en los grandes municipios españoles, y que se refleja en Chamartín, resta alicientes para los inversores extranjeros. España sigue siendo atractiva para ellos, pero prefieren colocar su dinero en proyectos en donde no haya intervención municipal.
Para los expertos del sector inmobiliario la Operación Chamartín es una historia interminable que lleva más de 20 años en discusión entre los distintos poderes públicos sin ningún acuerdo, ni siquiera cuando el ayuntamiento de Madrid, la Comunidad, el Ministerio de Fomento y ADIF estaban controlados por el PP.
Juan Antonio Gómez-Pintado, presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE) y de la patronal madrileña Asprima, considera que para los inversores extranjeros "España" es un país con inseguridad jurídica y por eso no entran en proyectos donde intervienen los ayuntamientos. En España hay 17 legislaciones urbanísticas diferentes y eso crea confusión a los grandes fondos. Existe apetito inversor para edificios o centros comerciales que no necesitan cambios de uso, pero no para promocionar terrenos que dependen de leyes urbanísticas. Gómez-Pintado cree que esta situación ocurre desde hace más de año y medio en España y recuerda polémicas como la de la Plaza de España o la operación Chamartín.
Rafael González Cobos, presidente del Grupo Inmobiliario Ferrocarril, añade que los fondos extranjeros "son muy miedosos y acusan los cambios legales. Si ven dificultades en una ciudad o un país, lo cambian por otro porque buscan rentabilidad a corto palazo" e insiste en las operaciones pasadas en Madrid, como la Mahou-Calderón.
Mikel Echevarren, consejero delegado de Iria, asesoría de operaciones inmobiliarias, cree que la Operación Chamartín "no afectará al apetito inversor de los extranjeros porque ellos no son promotores, aunque deja claro que Madrid no es una ciudad amigable para los negocios inmobiliarios".
El director de Inversión Alternativa de CBRE Patricio Palomar, recuerda que un proyecto de esta magnitud requiere necesariamente de inversión extranjera, como lo necesitaron grandes desarrollos como Camary Warf, en Londres, o La Dèfense, en París. Y para que ambos salieran adelante recuerda, se requirieron muchos años. "Cada año llegan entre tres y cuatro grandes inversores extranjeros preguntando por este proyecto. Siempre ha suscitado un interés importante", sostiene el director de Urbanismo de Aguirre Newman, Antonio Pleguezuelo. "Ahora se ha generado una situación de incertidumbre total y echa abajo el trabajo de 15 años", asegura.